Tic, tic... huuu (sopla el viento) Gracias porrr dejarme entrarrr, ahora que es invierno hace mucho frío allá afuera y aunque no parece yo lo siento hasta mis huesos. Aunque... no los tengo ¿Puedes ver qué tengo en vez de huesos?
Ja, ja, ja, ja, con calma, ja, ja, ja, sin hacerme tantas cosquillas, como verás soy un espantapájaros, mi cuerpo está relleno de paja y cubierto con ropa vieja de colores y remendada.
El que me hizo me regalo este pantalón de jeen y la camisa a cuadritos, es de franela y me cubre por las noches. La verdad es que no me importa la moda, pues mi trabajo es espantar a los pájaros que se comen los frutos de las cosechas.
De estas largas mangas sin botones sobresalen mis manos con muchos dedos, o tal vez sin ellos, todo depende cómo quieras verlo. Creo que esa es una de las razones por las que no puedo atrapar a los pájaros que molestan y se posan sobre mi. Sí, exactamente así.
Ahora saca tus manitos por favor debo arreglar la gorra que evita que me queme cuando no hay nubes para tapar el sol, por que
trabajo, como los adultos dicen, de sol a sol, sin importar como se encuentre el clima.
Ahora te voy a mostrar lo que más les gusta a los pajaritos de mí, espera un momento. ¡Taran! mi nariz colorada como un tomate, cuando me duermo vienen y me la picotean.
Bueno es un trabajo duro, porque no debo dejar de vigilar los campos y las cosechas, pero alguien tiene que hacerlo... ¿Qué ves?... ¿Tengo algo raro? ... ¿Mi cabello? Sí ya sé, es muy seco y no puedo hacer nada para que quede como el tuyo, suavecito y brillante; pero dejemos de hablar de mi y vamos a jugar con la pelota. ¿Te parece?
Soy muy bueno, todo un as con el balón, puedo hacer trucos sin miedo a romperme nada, que quieres jugar: balompié, baloncesto, voley ball, pasa pasa, quemados... Tú eliges. Claro que al terminar el juego tendrás que rellenarme, pues cuando corro poco a poco me voy vaciando.
La paja de mi cuerpo es como la de las escobas que usaba tu abuelita para barrer toda la casa. Eso me da una buena idea, podríamos hacer una como las que usan las brujas para volar en las noches. Primero debes jalar de aquí, si las piernas estarán bien, luego busca un palo... Sí ese esta muy bien; ahora une el extremo del palo con el montón de paja, y por último átalo con un cordón. Y así podrías ayudar a mamá a limpiar la casa, yo te ayudo.
¡Uy! cómo pasa el tiempo cuando me estoy divirtiendo. Mira, allá al fondo, por el horizonte, ya está amaneciendo. Los rayos del sol, indican que el día comienza y que debo ir a trabajar. Hasta la noche, volveré para que juguemos y me hagas un campito y así dormir en tu cama calentita.
Ja, ja, ja, ja, con calma, ja, ja, ja, sin hacerme tantas cosquillas, como verás soy un espantapájaros, mi cuerpo está relleno de paja y cubierto con ropa vieja de colores y remendada.
El que me hizo me regalo este pantalón de jeen y la camisa a cuadritos, es de franela y me cubre por las noches. La verdad es que no me importa la moda, pues mi trabajo es espantar a los pájaros que se comen los frutos de las cosechas.
De estas largas mangas sin botones sobresalen mis manos con muchos dedos, o tal vez sin ellos, todo depende cómo quieras verlo. Creo que esa es una de las razones por las que no puedo atrapar a los pájaros que molestan y se posan sobre mi. Sí, exactamente así.
Ahora saca tus manitos por favor debo arreglar la gorra que evita que me queme cuando no hay nubes para tapar el sol, por que
trabajo, como los adultos dicen, de sol a sol, sin importar como se encuentre el clima.
Ahora te voy a mostrar lo que más les gusta a los pajaritos de mí, espera un momento. ¡Taran! mi nariz colorada como un tomate, cuando me duermo vienen y me la picotean.
Bueno es un trabajo duro, porque no debo dejar de vigilar los campos y las cosechas, pero alguien tiene que hacerlo... ¿Qué ves?... ¿Tengo algo raro? ... ¿Mi cabello? Sí ya sé, es muy seco y no puedo hacer nada para que quede como el tuyo, suavecito y brillante; pero dejemos de hablar de mi y vamos a jugar con la pelota. ¿Te parece?
Soy muy bueno, todo un as con el balón, puedo hacer trucos sin miedo a romperme nada, que quieres jugar: balompié, baloncesto, voley ball, pasa pasa, quemados... Tú eliges. Claro que al terminar el juego tendrás que rellenarme, pues cuando corro poco a poco me voy vaciando.
La paja de mi cuerpo es como la de las escobas que usaba tu abuelita para barrer toda la casa. Eso me da una buena idea, podríamos hacer una como las que usan las brujas para volar en las noches. Primero debes jalar de aquí, si las piernas estarán bien, luego busca un palo... Sí ese esta muy bien; ahora une el extremo del palo con el montón de paja, y por último átalo con un cordón. Y así podrías ayudar a mamá a limpiar la casa, yo te ayudo.
¡Uy! cómo pasa el tiempo cuando me estoy divirtiendo. Mira, allá al fondo, por el horizonte, ya está amaneciendo. Los rayos del sol, indican que el día comienza y que debo ir a trabajar. Hasta la noche, volveré para que juguemos y me hagas un campito y así dormir en tu cama calentita.
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