Un olifante se balanceaba sobre la tela de una araña, como veía que resistía fue a llam... Crack. ¿Hay alguien ahí? Conteste por favor...
¡Ah! eres tú, creí que era un adulto, y me asusté muchísimo... ¿Qué? ¿Qué quién soy yo?... Soy un olifante, si escuchaste bien O – LI – FAN - TE.
La historia de mi raza data de hace tantos siglos que ya no recuerdo cuántos, y eso que dicen que mi memoria es de las mejores, que recuerdo todo lo que veo pasar por los años. Ven, siéntate a mi lado, te voy a contar como eran esos tiempos.
Hace muchas, pero muchas lunas, nosotros vivíamos en las regiones meridionales de Harad, en ese lugar que para mi ahora es taaan lejano podíamos correr y hacer travesuras como ustedes en los parques o jardines.
Es gracioso hay quienes creen que somos los antepasados de las criaturas que ustedes llaman elefantes. Es verdad que somos parecidos, pero nada más y yo te lo aseguro; pues ellos son más pequeños y débiles que nosotros. Ellos no hubieran resistido el cambio de las eras.
¿Qué haces?... No, no juegues con mi colita, sé que es bastante larga y termina en una bolita de peluche, pero déjala, además... ¿Quieres que te siga contando? O no... Entonces no me interrumpas...
En que iba, bueno no importa. ¿Te puedo contar un secreto? Pero, no se lo digas a nadie, tuve que aprender a caminar de puntitas para no destruir lo que esta a mi paso, porque mis patas son enormes.
De todas formas lo bueno de tener este tamaño taaaaaan grande es que los otros animales no se nos acercan para hacernos daño, somos como torres a las que no pueden voltear. Sólo hay una forma de vencerme y es con muchas cosquillas.
Ja ja ja ja. Ahora olvida las cosquillas y cantemos juntos. Un olifante se balanceaba sobre la tela de una araña, como veía que resistía fue a llamar a un humano, un olifante y un humano.....
Conoce a nuestro querido OLIFANTE
